ALVARO URIBE Y SU AFAN IRREFRENABLE DE PODER

Lo que está sucediendo en Colombia, debe haber sorprendido a los colombianos, tanto o más de lo que nos ha sorprendido a los ciudadanos de otros países.
El hecho es que la Corte Suprema colombiana, condenó a una ex parlamentaria por haber vendido su voto que resultó decisivo para el cambio de legislación que permitió la reelección de Uribe a la presidencia colombiana. La ex legisladora enajenó su voto a cambio de dádivas ofrecidas por los partidarios del presidente que necesitaba de ese sufragio, para que se modificara la ley y poder reelegirse en las elecciones del 2006.
Efectuadas las elecciones en esa oportunidad, Alvaro Uribe, resultó elegido presidente.
Ahora que la Corte ha dispuesto que se aperture una comisión de acusación de la Cámara de representantes contra el presidente Uribe considerando la ilegalidad de su elección, éste ha salido con la noticia de que está enviando un proyecto al congreso para que tramite con la mayor celeridad una ley de referendo, que permita la repetición de las elecciones del 2006 como si se tratara de un simple trámite burocrático, que permitiría regularizar una omisión menor.
O sea el hecho ilícito, que dio origen al actual mandato de Uribe, no significa nada para el presidente colombiano y pretende legalizar la situación irregular en que se encuentra , mediante un acto de prestidigitación legislativa.
Lamentablemente la decisión de Uribe constituye una mala señal, que debe ser rechazada no sólo por los ciudadanos colombianos, sino por todos los que abogan por el ejercicio de una política de total transparencia libre de corrupción y de delito.