domingo, 27 de abril de 2008

UN JUEZ ASESINA NUEVAMENTE A SEAN BELL

Un asesinato es un asesinato a pesar de que haya un juez que diga lo contrario.
El juez existe y es el que ha exculpado a los policias de la ciudad de Nueva York que el 25 de noviembre del 2006, en un confuso incidente, dieron muerte de 50 disparos a Sean Bell, un joven afro americano de 23 años, que ese día debía contraer matrimonio y de quien dijeron que confundieron con un peligroso delincuente.
Bell y dos amigos que también resultaron heridos, no portaban armas, ni constituían peligro para nadie y menos para los policias que les dispararon.
Cuando ocurrió el asesinato de Sean Bell, a causa de la brutalidad policial, una corriente de indignación recorrió todo el mundo y al mismo tiempo, generó una suerte de solidaridad con la familia y con la novia que cambió su vestido que tenía listo para utilizar en la ceremonia de su matrimonio por uno de luto que debió usar para el velorio de su prometido. La novia también era la madre de los dos hijos de Bell.
Pero creo que la actuación del Juez Arthur J. Cooperman que tuvo a su cargo juzgar a los policias Michael Oliver que disparó 31 balas, Gerard F. Isnora y Marc Cooper,supera todo lo imaginable, pues no ha tenido ningún reparo en señalar que " la respuesta de los acusados no se encontró que fuera criminal".
Por eso no es de extrañar que figuras que lideran la lucha por los derechos civiles y la igualdad de oportunidades, como es el caso del reverendo Al Sharpton, están dispuestos a encabezar la protesta ciudadana , para que se haga justicia y los asesinos de Sean Bell sean juzgados nuevamente. y la ciudad de Nueva York quede limpia de ese baldón que la justicia le ha impuesto innecesariamente.

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