Aunque suelo escribir sobre temas de los que todo el mundo escribe, me gustaría hacerlo con la claridad que emplean los buenos maestros de escuela, es decir, utilizando el método que les permite explicar de una manera sencilla cualquier cosa, y en ese mismo estilo, me gustaría tratar los puntos de vista que voy a exponer.
Pretendo escribir, siguiendo ese modelo pedagógico. Haré el esfuerzo que sea necesario, para cumplir con ese ofrecimiento.
Sin embargo, tengo dudas sobre las prioridades en mis comentarios, que me complican la tarea. El panorama es amplio y los temas son múltiples.
Hoy por ejemplo, tenía la posibilidad de escribir sobre el niño Emmanuel y de la frustrada liberación de los rehenes colombianos o del estallido de violencia que sacude a Kenia como resultado de unas elecciones presidenciales, cuyos resultados parecen haber sido manipulados. Pero, he preferido un tema que tiene mayores efectos internacionales.
El primer día útil del año, hemos sido sacudidos con la noticia de que en
Más del cincuenta por ciento del equipo industrial que existe en el mundo, es operado con energía proveniente del petróleo. La industria del transporte terrestre, marítimo y aéreo, será una de las actividades más afectadas. Una crisis económica internacional de efectos impredecibles, se está anunciando en forma persistente. La crisis está más cerca de lo que pensamos. Sin embargo, no podemos apreciar ninguna medida para proteger a la población. En especial a los sectores más pobres de todo el mundo, que son los más perjudicados, porque no tienen como defenderse cuando se presentan convulsiones económicas de ese tipo. Ojalá que me equivoque, pero no puedo dejar de pensar en la crisis económica internacional que se nos viene.
Los únicos que ganan con esos precios del petróleo, son las grandes empresas petroleras y los países productores de hidrocarburos.
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