jueves, 31 de enero de 2008

MI SOLIDARIDAD CON EL HOMBRE QUE FUE ORINADO Y TAMBIÉN CON EL FUE GOLPEADO HASTA MORIR

En Argentina, un joven que dormía en una playa fue maltratado por un sereno, que actuó movido por sus propios demonios y que al parecer, ofuscado, sin mediar razón alguna que pudiera explicar su actitud, de buenas a primeras lo orinó.

Realmente, me resulta difícil calificar esa agresión. En principio no tiene nombre. Hasta ahora, no puedo entender, qué oculta motivación pudo impulsar a una persona en su sano juicio, a hacer, lo que hizo ese sereno. O quizá, en este caso, se trataba de alguien mentalmente perturbado y que su falta de cordura, por decir lo menos, no había sido advertida por sus compañeros de trabajo, ni motivo de preocupación para sus jefes o supervisores.

Pero el hecho, es que el joven humillado por el sereno, se despertó y le propinó una feroz golpiza hasta causarle la muerte al agresor.

A eso es, precisamente a lo que deseaba llegar. Por qué tanta violencia y precipitarnos hasta esos condenables extremos, en que el respeto a uno mismo, y por tanto a los demás, no existe y cualquier cosa puede suceder.

Es que acaso, la cólera que a veces nos invade puede justificar la muerte de cualquier ofensor.

Yo entiendo y comparto la indignación del joven ofendido, pero creo que nada justifica la muerte del agresor y menos en la forma que ha ocurrido.

Espero que las cosas se calmen y que el castigo que se le imponga al asesino resulte proporcional a su culpa.

La información sobre esta lamentable historia la he visto en los diarios La Nación y Clarín de Buenos Aires.

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