miércoles, 6 de febrero de 2008

LA TORTURA SIEMPRE ES TORTURA AUNQUE DIGAN QUE NO ES TORTURA

La tortura cualquiera que sea su origen, desde todo punto de vista, constituye un acto delictivo, vergonzoso y repudiable.
La condena a la tortura, es una manera de expresar nuestra condición humana y rechazar todo tipo de barbarie y animalidad en el mundo que habitamos. Quien sea que autorice, ordene o que ejercite la tortura, está cometiendo un delito que debe ser castigado. No se trata de un acto al que después los ejecutores, terminen disculpándose diciendo que cumplían órdenes superiores.
Por eso llama la atención, que los funcionarios de la administración del presidente Bush hayan reconocido publicamente que Estados Unidos, utiliza algunas veces, la técnica de interrogatorio denominada El Submarino. Como tenía que suceder, tal afirmación ha derivado en un escándalo, pues, constituye el reconocimiento expreso de que se están empleando procedimientos que no sólo son irregulares y de naturaleza ilegal, sino que infringen la ley internacional y el derecho humanitario, y además atentan contra la propia constitución de los Estados unidos.
Que el director de la CIA le diga al Congreso que el Submarino se utiliza pero que no es tortura, y que su aplicación es perfectamente legal y que prueba de ello es que gracias al submarino se han salvado vidas estadounidenses, no sólo es una majadería, sino una gran tontería. La tortura siempre es tortura aunque quieran decir que no es tortura.

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